Se ha resuelto

el misterio de

Melquisedec

por Herbert W. Armstrong

 

Pocos misterios en la Biblia han despertado tanto interés como el de saber quién es Melquisedec. ¿Sabe usted quién es?

 

 

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ocos misterios en la Biblia han despertado tanto interés como el de saber quién es Melquisedec. ¿Sabe usted quién es?

En Hebreos 6:20 leemos que Jesucristo, después de su resurrección, fue hecho sumo sacerdote "según el orden de Melquisedec". En otras versiones de la Biblia el texto es mas claro aún: “…según la jerarquía [el mismo rango] de Melquisedec".

 

Sumo sacerdote de Dios

 

Para empezar, tomemos nota, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, de que este personaje misterioso (Melquisedec) fue sacerdote del Dios Altísimo. Leamos ahora el relato que se encuentra en Génesis 14. Mientras combatían varias naciones y pueblos en Palestina y Mesopotamia, Lot, el sobrino de Abraham, juntamente con su familia y sus bienes, fueron capturados y llevados a otro lugar.

Uno de los miembros de este grupo pudo escapar y, llegando hasta donde estaba Abraham, le comunicó las malas noticias. Éste entonces dispuso que se armaran 318 de sus propios siervos para perseguir a los invasores hasta más allá del lugar llamado Dan. Abraham pudo rescatar a Lot y a todos los miembros de su familia, y los trajo de regreso, sin contratiempos, a las ciudades de Canaán, en Palestina. A su regreso le salió al encuentro repentinamente un personaje misterioso. Abraham fue bendecido por Melquisedec.

En Génesis 14:18-20 encontramos el relato:

"Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: 'Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano'. Y le dio Abram los diezmos de todo [a Melquisedec]", es decir, la décima parte de todo, puesto que "diezmo" significa una décima parte.

Tomemos nota de que Melquisedec era rey de Salem. Este es el nombre original de la ciudad de Jerusalén. "Salem" viene de la palabra hebrea que significa "paz". Esto hace a Melquisedec "Rey de paz". El mismo nombre hebreo Melquisedec significa "Rey de justicia" (Hebreos 7:2).

Se vuelve a mencionar este personaje en Salmos 110:4. Hablando proféticamente acerca de Cristo, David dijo: "Juró el Eterno, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”. Podemos leer esto también en Hebreos 5:6, 10.

Antes de volver a Hebreos para aclarar quién es Melquisedec, debemos recordar que este personaje es misterioso únicamente para nosotros. Tanto Abraham como el rey de la corrompida ciudad de Sodoma sabían exactamente quién era. Con toda seguridad lo habían visto antes. No podría haber sido cananeo puesto que los cananeos eran fervorosos practicantes de costumbres paganas. Por otra parte, Canaán fue descendiente de Cam, mientras que Dios había escogido a los descendientes de Sem para llevar a cabo su obra.

Entonces, ¿quién es este personaje misterioso, llamado Melquisedec?

Antes de proseguir tomemos nota de otro indicio. Desde tiempos antiguos, aun antes de Moisés, la región que hoy se conoce como Palestina era conocida por los gentiles como "tierra divina", la "tierra santa", ¡la "tierra de adoración!" ¿Por qué? ¿Acaso había alguien allí (en Palestina) santo, con carácter divino, alguien digno de adoración?

 

El misterio aclarado

 

Volvamos al capítulo 7 de Hebreos, pasaje que nos permite identificar a Melquisedec:

"Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de PAZ" (versículos 1-2).

Puesto que Dios les asigna nombres a los individuos según lo que son, entonces esto es lo que Melquisedec es: "Rey de justicia".

¡Pensemos en lo que esto significa! Rey de justicia. Jesucristo mismo dijo: "…ninguno hay bueno, sino sólo Dios" (Lucas 18:19). La justicia del hombre es, ante Dios, como trapos de inmundicia. Nadie puede ser justo sino solo Dios, o bien alguien que haya sido hecho justo por el poder de Dios: ¡Cristo en persona! Evidentemente, nadie, excepto uno de la Deidad: el reino divino de Dios, podría ser llamado "Rey de justicia". Semejante título aplicado a otro que no fuese Dios, sería una blasfemia. ¿Por qué?

La justicia es obediencia a la ley de Dios. Puesto que Dios es el dador de la ley (Santiago 4:12), Él es Gobernador Supremo o Rey. Él es quien determina lo que es justicia. "…Porque todos tus mandamientos son justicia" (Salmos 119:172). Cuando Jesús hablaba con sus discípulos acerca de un punto determinado de la ley, Él se colocaba en una posición superior a ella. Él es Señor del día de reposo (Marcos 2:28). Ningún ser humano puede ser Señor o Rey sobre la ley de Dios. ¡Solamente Dios puede serlo! Todos los seres humanos han pecado y quebrantado esa ley de justicia (Romanos 3:23).

Continuando con el capítulo 7 de Hebreos, notemos también que este personaje era "Rey de paz". La palabra "Salem", de donde se derive Jerusalén, significa "paz". Y recuérdese que Jesús es llamado, además, ¡el Príncipe de paz! (Isaías 9.6). Ningún hombre podría ser Rey de paz. El hombre no conoce el camino hacia la paz. Leamos los siguientes pasajes en Romanos 3:10 y 17: "…No hay justo, ni aun uno… Y no conocieron camino de paz".

Siguiendo adelante, vemos que Melquisedec no tenía ni padre, ni madre, ni genealogía. No nació como otros seres humanos. Carecía de padre y madre. Pero esto no indica que se había perdido su registro de nacimiento, pues sin registro de genealogías todo sacerdote humano quedaba excluido del sacerdocio (Esdras 2:62).

Pero aquí vemos que Melquisedec no tenía genealogía y por lo tanto no era como los demás seres mortales. No tenía descendencia o linaje humano sino que existía por sí solo, como lo dijo el apóstol Pablo en sus palabras inspiradas: “…ni tiene principio de días, ni fin de vida…” (Hebreos 7:3). Así, vemos que siempre existió, ¡desde la eternidad! Ni siquiera fue creado, como los ángeles, sino que ha existido por sí solo por toda la eternidad. Esto puede decirse únicamente de un ser divino, ¡de DIOS!, y no de un ser humano.

Sin embargo, Melquisedec no pudo haber sido Dios el Padre, pues era "sacerdote del Dios Altísimo". Las Escrituras nos dicen que ningún hombre jamás ha visto al Padre (Juan 1:18; 5:37). No obstante, Abraham vio a Melquisedec. Melquisedec no pudo haber sido Dios el Padre, sino "hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre" (Hebreos 7:3).

¡Ahí lo tenemos! Durante el tiempo de Abraham, Jesús no era Hijo de Dios, puesto que no había nacido aún de la virgen María. Pero sí fue hecho semejante al Hijo de Dios en su manifestación a los antiguos.

Fijémonos nuevamente en lo que nos revela este pasaje: Melquisedec permanece, es decir, continua siendo para siempre, un sacerdote. Dios el Padre no es un "sacerdote del Dios Altísimo", ¡pero Cristo el Hijo lo es! Sin embargo, aun en los días en que el apóstol Pablo vivió y escribió, poco después de que el Señor Jesús ascendiera al cielo como sumo sacerdote, las Escrituras declaran que aún entonces Melquisedec "permanece, [tiempo presente] sacerdote para siempre".

Observemos también que el orden del sacerdocio de Cristo lleva el nombre de Melquisedec, de la misma manera que el nombre de Aarón fue usado para el sacerdocio aarónico. Es así como Melquisedec fue sumo sacerdote en aquellos primeros tiempos, durante los días del apóstol Pablo, lo es ahora y lo seguirá siendo para siempre. ¡Igualmente CRISTO fue, es y será sumo sacerdote para siempre!

¿Significa esto que hay dos sumos sacerdotes? ¡No! ¡Imposible! Hay una sola conclusión y es ineludible. Muy en contra de las diversas ideas humanas a las que se aferran tantos, ¡Melquisedec y Cristo son UNO SOLO!

No faltan quienes hacen hincapié en la declaración bíblica de que Melquisedec "no tiene fin de vida". Discuten el hecho de que, puesto que Cristo murió, tuvo fin de vida. Si esa fuese la interpretación correcta del pasaje, entonces tendríamos que deducir que Cristo aún está muerto. Pero Cristo no está muerto. Está vivo puesto que fue imposible que la muerte lo retuviera (Hechos 2:24). Melquisedec jamás habría cumplido su misión de sumo sacerdote sin haber muerto por los pecados del mundo y haber resucitado nuevamente. Es función del sumo sacerdote conducirnos hacia el camino de salvación.

En efecto, Jesucristo es el autor y el conservador de nuestra salvación (Hebreos 5:9; 12:2). Él es "declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec" (Hebreos 5:10). Y no es maravilla, ¡Melquisedec y Cristo son una y la misma persona!þ